EL CAMINO DEL DISCERNIMIENTO Y LA TRANSFORMACIÓN QUE ME LLEVÓ A PROFESAR MIS VOTOS Y A VIVIR COMO HERMANA

POR HNA. VILMA ARACELY RAMOS GUTIÉRREZ, CCVI

Con mi profesión perpetua de votos en enero, me siento completamente identificada con la Congregación y muy agradecida por las oportunidades que he recibido con todos estos maravillosos dones.

Ese día, cuando el sacerdote, el Padre Víctor, dijo mi nombre al momento de la bendición, sentí una inmensa gratitud, y cuando recibí el anillo, estaba muy conmovida ya que representaba mi alianza y compromiso a ser fiel en amor perpetuo a Dios. En todos mis años de oración y servicio, he construido un camino de amor que me acerca a quienes más necesitan buscar alivio en mis manos.

Esta es mi historia de vocación.

Nací en la aldea el Guayabo, municipio de Olopa, Departamento de Chiquimula, soy la menor de seis hermanos. Mis padres, que en paz descansen, son Laureana Gutiérrez García y Santiago Ramos Castillo. Desde niña me enseñaron a ser agradecida por todo lo que tenía, y a estar en oración.

Cuándo pensé por primera vez en convertirme en hermana religiosa de la Congregación de las Hnas. de la Caridad del Verbo Encarnado fue en una tarde de un domingo del mes de noviembre del años 2001. Mi hermana, Ileana Ramos, fue a la Celebración de la Palabra en mi comunidad, y cuando ella regresó a casa nos dijo que Hermana Vicenta Miranda nos vendría a visitar. Ahí también se enteró que las Hermanas tenían una casa para estudiantes en Esquipulas, y que daban becas a las jovencitas interesadas en la vida religiosa. Esto me llamó la atención. Le pedí a mi hermana que por favor hablara por mí con Hna. Vicenta para saber si había oportunidad de que yo asistiera a Casa Claudio.

Cuando Hna. Vicenta visitó mi casa, me preguntó si me gustaría ser Religiosa, y yo inmediatamente respondí que “¡Sí!”. Mi padre estuvo de acuerdo en que debía seguir estudiando y dijo que me apoyaría. Mi madre no dijo nada acerca de mi decisión pero en el fondo yo sabía que sí me apoyaba.

Mi inspiración de vivir como Hermana comenzó cuando fui estudiante en Casa Claudio en Esquipulas. Conocí a las residentes de El Hogar de Mi Hermano por primera vez. (El Hogar de Mi Hermano es uno de los ministerios de la Congregación que sirve a los ancianos). Ver a estos ancianos en necesidad fue una experiencia muy conmovedora. Pronto superé mis dudas y miedo inicial por este nuevo ambiente. En poco tiempo me sentí parte del ministerio e identificada con las Hermanas. Las admiré profundamente, y durante mi periodo de tres años de estudio y ministerio, creció mi deseo de conocer más a fondo el carisma y la espiritualidad de la Congregación. 

Mi proceso de conocer más fondo la Congregación inició cuando me gradué de Maestra de Escuela Primaria Intercultural y regresé a casa a trabajar para apoyar a mi familia. De regreso a casa, me uní a Hna. Juana Margarita Flores en su trabajo en la comunidad. Al terminar el año, se me presentó una situación que no esperaba y que requería que tomara una difícil decisión.

En diciembre de 2007, me ofrecieron un contrato en el Ministerio de Educación de Guatemala para seguir trabajando como maestra. El mismo mes, también recibí una carta del Equipo de Formación CCVI diciéndome que me aceptaban para iniciar el proceso de formación y convertirme en una Hermana. Aunque no lo crean, ¡en ambas cartas me pedían que respondiera el mismo día! Ahora tenía dos caminos abiertos ante mí y pasé algunos días en discernimiento, buscando señales en mi corazón para decidirme.

Al final, tomé la decisión de seguir escuchando mi llamado. Ahora, al recordar, admiro mi valor y perseverancia, porque elegí seguir mis sueños y el plan de Dios de ser una mujer diferente y extraordinaria.

He incorporado la oración siendo fiel, perseverante, y practicando nuevos métodos de meditación. Esto me ha permitido sentirme unida a la iglesia universal y conectarme con los signos de los tiempos y poder responder a la misión.

“El ejemplo de María, madre del Verbo Encarnado, como humilde sierva del Señor, me invita a ser dócil al Espíritu, me ha fomentado un amor tierno, compasivo para dar un servicio alegre y ser evangelio de amor en mi compromiso, con la Congregación y con los demás”. – Hna. Vilma

El ejemplo de María , madre del Verbo Encarnado, como humilde sierva del Señor, me invita a ser dócil cal Espíritu, me ha fomentado un amor tierno, compasivo para dar un servicio alegre y ser evangelio de amor en mi compromiso, con la Congregación y con los demás.

La vida comunitaria es otro aspecto de mi vocación que he cultivado con amor. Es un maravilloso regalo de Dios para poder compartir mis dones y empoderarme con la misión. He integrado la vida comunitaria y de oración a un servicio alegre en los ministerios; es una experiencia que me da vida y me hace sentir una CCVI, siguiendo el ejemplo de Monseñor Claudio María Dubuis y las primeras tres hermanas.

En 2020, inicié mi preparación a los votos perpetuos en el Convento del Verbo Encarnado, Zona 1, de Guatemala, con el acompañamiento de Hna. María Magdalena Rodríguez Ortiz, Directora de Formación. Sentí el amor del Verbo Encarnado de una manera única y maravillosa.

“Durante las letanías, me sentí conectada y una inmensa alegría llenó mi corazón cuando me di cuenta que camino y vivo siempre acompañada del Verbo Encarnado y toda la Congregación”. – Hna. Vilm

La situación de la pandemia fue para mí una oportunidad de aprender muchas cosas, de conectarme conmigo misma, practicar mi creatividad, meditar, disfrutar, y leer sobre la historia de la Congregación. La Eucaristía se celebró el 15 de enero en Casa de Retiros Verbo Encarnado, Aldea Pachalí, Santiago Sacatepéquez. Ese día sentí una profunda alegría por celebrar mi compromiso, el cual además coincidió con la Fiesta patronal del Cristo Negro de Esquipulas. Fue un día muy especial para mí y aunque ni mi familia y ni algunas de las Hermanas de la Congregación pudieron estar ahí en persona, sentí la presencia del Espíritu que me acompañó desde la oración.

Le agradezco a las Hermanas que me acompañaron durante mi proceso de formación, a las comunidades Convento la Anunciación, Comunidad Verbo Encarnado, Zona 1 por preparar los alimentos, el lugar, la Eucaristía y los puntos artísticos. Fue una gran bendición.

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